lunes, 3 de abril de 2017

FIESTA DE LA PRIMAVERA EN GORBEIA

La vida es todo esto:



Es cocinar y comer con alegría.






Es pasear y charlar bajo la lluvia.


Es jugar. Y mucho.

Es sentarse en corro y cantar todxs juntxs.

...y todo esto, y mucho más, es lo que ha habido este fin de semana en la escapada de EDUKI a Gorbeia. En nuestra particular Fiesta de la Primavera. 

Ha habido una cocina fantástica que siempre estaba llena de gente trajinando, de aquí para allá, lo mismo removiendo unas patatas a la riojana que descorchando una botella de txakolí. Ha habido un comedor en el que sonaban los Clash al ukelele y, apenas un ratito después, panderetas burgalesas o llantos infantiles. Y risas también; muchas, de todos los colores y de todas las edades. Ha habido mucha lluvia y algo de sol, y paseos por el barro y caídas en los charcos, cascadas, burros saltarines y corzos a la fuga. Ha habido café sin cafetera y licor de avellanas. Ha habido mucha comida y de la buena; Y un saco de 25 kilos de patatas para pelar que duró un suspiro porque nadie quería quedarse sin pelar al menos una. Y pan; ¡qué pan! Ha habido punto (inglés), I Ching, literatura de ciencia ficción y una receta de salsa rica para acompañar a los calçots. Ha habido carreras por las escaleras, algún que otro empujón, parcour por literas de tres pisos, pocas horas de sueño y muchas de gritos, de charlas, de juegos, de más y más juegos. Pajitas de colores, lobos y aldeanos, campo quemado, una partidita de cartas en la mesa de la esquina... Ha habido un ático mágico en el que muchas niñas y muchos niños se han juntado para construir una de las cosas más valiosas que puede construir una persona: recuerdos felices. Ha habido infinitos corros de personas diferentes, de caras diferentes, de voces diferentes, y en ellos conversaciones infinitas (lo son porque ninguna terminó del todo y todas podrán retomarse en otros lugares y otros tiempos) sobre un millón y medio de cuestiones. Algunas fundamentales, decisivas, gravísimas, otras tan superficiales y tan intrascendentes como la vida misma. Importantísimas, eso sí, TODAS Y CADA UNA DE ELLAS.  

Y ha habido, sobre todo, por encima de todo, mucha gente. Muchas personas. Adolescentes, adultos, niñas, bebés. Personas y grupos de personas formándose y desformándose y volviéndose a formar. En los corros, en los juegos, en las charlas, en las esquinas, en las literas, en los paseos, en todas partes, en todo momento. Personas que venían de muchísimos lugares diferentes, que hablaban diferentes idiomas, que traían diferentes experiencias, y costumbres, y metas, y perspectivas, y problemáticas, y derivas, y caminos, y proyectos, y...  y todas dispuestas siempre a mirarse a los ojos y a compartirse desde dentro. Personas tan diferentes que podría parecer muy peligroso juntarlas pero a la vez tan diferentes que no juntarlas nunca habría sido una pérdida imperdonable. Porque, ¿no nos pasamos la vida diciendo eso de que la diversidad es aprendizaje y es riqueza? Pues este fin de semana en Gorbeia todxs hemos aprendido mucho y hemos sido, sin duda, infinitamente ricxs.



Todo esto ha habido en Gorbeia este fin de semana. Todo esto hemos vivido.

¡Gracias a todxs por hacer posible tanta vida y tan, tan buena!